miércoles, 26 de abril de 2017

¿SOY MERECEDOR DEL PLAN DE SALVACIÓN?

Hermanos, excelente día a todos. 

Un servidor estaba husmeando la bibliografía SUD y me dispuse a preparar esta publicación. Les comento que estoy por cumplir mi primer aniversario de bautismo, así que se concluye que soy recién converso; debido a esto pido que me brinden sus comentarios para mejorar las publicaciones como esta. 

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.(Heb. 11:6, 1 Nefi 10:19, Alma 37:36-37, DyC 88:63-65).

“¿Soy merecedor del Plan de Salvación?”. 

Es probable que nos hayamos hecho alguna vez esa pregunta. Uno de los requisitos más importantes es tener una fe firme y sólida. Por su parte, el apóstol Pedro dijo que nuestra fe debe ser de calidad “probada” (1 Ped. 1:6-9). 

En vista de las grandes tribulaciones que acontecen hoy en día, debemos asegurarnos de que somos la clase de personas que tienen “fe que resulta en conservar viva el alma” (Heb. 10:3, 1 Pedro 3-9, Alma 24:30). 

Por eso es vital que sigamos el ejemplo del hombre que le suplicó a Jesús: “¡Ayúdame donde necesite fe!”, y el de los apóstoles, que le pidieron: “Danos más fe” (Mar. 9:23-24; Luc. 17:5). 

Debido a que nuestro Padre Celestial nos ama, envió a Su Hijo Jesucristo a pagar por los pecados de usted. Ese pago es parte de la expiación de Jesucristo. Él sufrió voluntariamente por los pecados, los dolores, las enfermedades y las penas de todos. 

Por medio de Su gracia y de Su misericordia, Él puede ayudarnos con toda prueba y aliviarnos de la culpa y de la pena que son el resultado de nuestros pecados.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:16) 

Al pagar por sus pecados, Jesús no lo privó de su albedrío ni de su responsabilidad personal; Él no lo purificará en contra de su voluntad.

Para recibir Su ayuda y Su fortaleza, debemos ejercer fe en Él, arrepentirse y ser bautizado es básico así como recibir el Espíritu Santo y optar por seguir sus enseñanzas el resto de su vida. 

Al confiar en la Expiación, cada quien sentirá el amor de Dios y Él lo ayudará a soportar sus pruebas; y usted sentirá gozo, paz y consuelo.

Todo lo que parece ser injusto en la vida se rectificará a través de la expiación de Jesucristo y de la misericordia y del amor de nuestro Padre Celestial.

Así que: ¡Arriba, Ánimo y Adelante!